Sobre Diversidad Biológica y razas autóctonas.

Las especies autóctonas son fundamentales en la conservación de la biodiversidad en la Tierra y, entre ellas las aves, son las especies ganaderas que más razas ha perdido durante los últimos años. Revertir esta tendencia y conservar esta herencia genética construida a lo largo de la historia de la humanidad es una necesidad si queremos afronrar el reto de la conservación. La gallina extremeña azul con apenas mil ejemplares censados es un claro ejemplo de que estamos en un momento crítico para recuperar esta raza. En este artículo de la investigadora Nazaret García se desgranan algunas de estas ideas…


Con el objetivo de frenar la alarmante pérdida de biodiversidad, y en línea con disposiciones anteriores, las Naciones Unidas firmaron en 2011 un convenio mundial y un plan estratégico para el periodo 2011-2020 sobre Diversidad Biológica, con el objetivo de “conservar la diversidad biológica, utilizar sosteniblemente sus componentes; y, distribuir justa y equitativamente los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos”.
Uno de los resultados fue un documento llamado las Metas de Aichi que, en sintonía con Los Objetivos del Milenio, recogía veinte metas orientadas a conservar y recuperar el funcionamiento de los ecosistemas y la provisión de servicios de ecosistemas esenciales para el bienestar humano, revertir la situación de riesgo de las especies amenazadas, garantizar la seguridad alimentaria, la salud humana y la salud de los ecosistemas aire, agua y suelo. En este sentido, cada país toma sus medidas, “aplicando las políticas adecuadas y adoptando decisiones basadas en fundamentos científicos sólidos y con enfoque de precaución”.
En 2020 no se han conseguido las metas propuestas y hay nuevas dificultades para conseguirlas. Ahora la ONU prepara otro plan esperando que en 2050 “la diversidad biológica se valorará, conservará, restaurará y utilizará en forma racional, manteniendo los servicios de los ecosistemas, sosteniendo un planeta sano y brindando beneficios esenciales para todos”. Algunos consideran que el borrador del Acuerdo Global sobre Biodiversidad que se prepara para 2022 es poco ambicioso y limitado para revertir la pérdida de la biodiversidad.
Hace un decenio, la primera meta de Aichi proponía “trabajar para crear sensibilidad, un cambio de aptitud y actitud de conciencia positiva hacia la diversidad biológica. Todas las personas necesitamos interiorizar su valor, siendo el más importante su vinculación con el bienestar humano y el desarrollo sostenible”. La Meta Nº 13 se refería a la necesidad de mantener la biodiversidad de plantas y animales domésticos y silvestres, que tienen estrecha relación con la seguridad alimentaria humana, cuya diversidad genética está en riesgo. “La conservación de estas especies “ex situ”, en bancos de genes, no es suficiente, es necesario conservarlas “in situ”, en su medio natural, para que el germoplasma continúe adaptándose a las condiciones cambiantes de cara a los efectos del cambio climático y las prácticas agrícolas”. Las razas autóctonas de ganado son resultado del esfuerzo y sabiduría de generaciones de campesinos, su rica diversidad genética se contrapone con la escasa diversidad genética de las razas especializadas conseguidas a partir del siglo XX y que en algún momento, para seguir existiendo, pueden necesitar los genes de esas razas locales mucho menos productivas. Las aves han perdido más razas locales que otras especies ganaderas. La causa, especialmente en el primer mundo, fue la implantación generalizada de la avicultura industrial cuya rentabilidad se basa en mantener muchos miles, incluso millones, de aves de alta producción (muy poco biodiversas genéticamente) en sistemas con alto coste energético, pues para expresar su potencial estas aves requieren ambiente controlado y cuidada alimentación. Contamos con un censo de gallina Extremeña Azul que ronda los 1000 ejemplares según la Asociación de Criadores ACGEXA. Buscamos el modo mantener la raza “in situ”, en pequeñas
granjas agroecológicas que aprovechen todo su potencial, de modo que su rusticidad revierta en ahorro en gastos de alimentación, su capacidad de depredación en ahorro en medios para el control de plagas, y su capacidad exploratoria en una buena distribución de sus deyecciones para ahorrar en fertilizantes. Hacen falta consumidores concienciados de su decisivo papel para que este patrimonio genético no se pierda, su compra sostendrá un sistema que beneficia al medioambiente y a la biodiversidad (por tanto a la sociedad); a cambio tendrán huevos y carne de excepcional calidad, porque el genotipo, la alimentación y el manejo son los tres factores que más inciden en la calidad de los productos animales: serán aves autóctonas, con alimentación ecológica y criadas en libertad. Además, con su compra estos consumidores estarán apuntalando la seguridad alimentaria de las futuras generaciones. Impulsar la puesta en marcha de la cadena de valor de la gallina Extremeña Azul para posibilitar la conservación “in situ” de la raza es el objetivo del Grupo Operativo GALLIEXTREM. Con ello queremos contribuir a conservar la biodiversidad ganadera y el patrimonio genético extremeño.
http://biodiversitysd.blogspot.com/2014/07/metas-de-aichi-2011-2020.html Meta 13: Para 2020, se habrá mantenido la diversidad genética de las especies vegetales cultivadas y de los animales de granja y domesticados y de las especies silvestres emparentadas, incluidas otras especies de valor socioeconómico y cultural, y se habrán desarrollado y puesto en práctica estrategias para reducir al mínimo la erosión genética y para salvaguardar su diversidad genética.


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